Una vez le preguntaron a una profesora de capacitación empresarial de la UCLA, “¿Qué tienen en común los empresarios exitosos?” Su respuesta fue: “Una tremenda tenacidad… simplemente nunca se dan por vencidos” Si bien ella tenía razón, la mayoría de las personas tiene un peligroso error de concepto en cuanto a lo que es tenacidad o persistencia. Lo asocian con el dicho: El que la sigue, la consigue. Ese concepto de persistencia es como golpearse contra una pared de ladrillos, caerse, y después volver a golpear una y otra vez. Eso no es persistencia, es estupidez. Desgraciadamente, este dicho con tanta frecuencia citado puede ser fatal si uno no hace cambios creativos significativos con cada intento.
Durante el desarrollo de una demostración aérea en mis años adolescentes, observé a un piloto especial en su biplano intentar hacer una vuelta a baja altura. Lanzó el avión en picada para alcanzar una velocidad de casi 300 km/hora, después subió unos 150 metros por encima del suelo y se lanzó hacia arriba para hacer la vuelta. Cuando estaba por la mitad de su hazaña, el motor comenzó a trepidad, en lugar de abortar la maniobra, continuó su ascenso para completar la vuelta y apuntó el avión hacia la tierra. La trepidación del motor sólo le había hecho perder altura, pero creyó que podría persistir y completar la maniobra pero no pudo completar la vuelta por 60 metros y se estrelló contra el suelo a casi 250 km/hora. Había perdido la vida en la tenacidad por completar la maniobra.
Qué tragedia resultó de todo eso, todo lo que tenía que hacer era salirse de la vuelta aterrizar, realizar una verificación del motor antes de volver al aire. pero él insistió para ir a dar contra el suelo. ¿Fue la persistencia lo que mató al piloto o el error de concepto de lo que persistir significa?
Hay una distinción fundamental:
Lo que no es la persistencia: cuando se contempla el fracaso, la persistencia no es simplemente una cuestión de quedarse en el curso de lo que se está haciendo, sin importar lo que ello sea. Cuando se experimenta el fracaso, persistencia no es simplemente una cuestión de quedarse en el curso de lo que se esté haciendo, sin importar lo que ello sea. Cuando se experimenta el fracaso, persistencia no es sólo rehusar darse por vencido y después intentar hacer lo mismo una y otra vez, pero con mayor esfuerzo, intensidad o frecuencia.
Lo que es la verdadera persistencia: Cuando se contempla el fracaso, la verdadera persistencia hace necesaria la corrección del rumbo para reducir el riesgo e incrementar la posibilidad de éxito. Cuando se experimenta el fracaso, la verdadera persistencia analiza los distintos elementos o factores que pueden haber provocado o contribuido al fracaso y después elabora y prueba alternativas creativas que podrían resultar en una mejora significativa y en definitiva, el éxito.
El mayor ejemplo que he encontrado es el de Thomas Edison. Él experimentó más fracasos en un año que la mayoría de la gente experimenta en toda su vida. Por cierto, vivió miles de fracasos mayores que cualquier otro inventor de la historia. Sin embargo, debido a que había desarrollado una habilidad específica que combinaba sus técnicas para cultivar la creatividad con sus técnicas para producir persistencia, Edison insistió a través de sus miles de fracasos para crear más inventos innovadores que cualqueir otro inventor o grupo de inventores de la historia. Esa aptitud no sólo funcionó bien con Edison, sino con muchos otros, es lo que se llama la persistencia creativa.
Steven K. Scott
Espacio de L. Ricardo 