Grandes Frases XIV

Ralph Waldo Emerson Ralph Waldo Emerson (1803 – 1882) escritor, filósofo y poeta estadounidense

No ha aprendido las lecciones de la vida quien diariamente no ha vencido algún temor.

Un amigo es una persona con la que se puede pensar en voz alta.

Todo hombre es sincero a solas; en cuanto aparece una segunda persona empieza la hipocresía.

Aunque viajemos por todo el mundo para encontrar la belleza, debemos llevarla con nosotros para poder encontrarla.

El destino del genio es ser un incomprendido, pero no todo incomprendido es un genio.

Los años enseñan muchas cosas que los días jamás llegan a conocer.

El hombre grande es aquel que en medio de las muchedumbres mantiene, con perfecta dulzura, la independencia de la soledad.

La confianza en sí mismo es el primer secreto del éxito.

La única manera de hacer un amigo es serlo.

En muchas ocasiones la lectura de un libro ha hecho la fortuna de un hombre, decidiendo el curso de su vida.

Las personas inteligentes tienen un derecho sobre las ignorantes: el derecho a instruirlas.

Ve a menudo a la casa de tu amigo, pues la maleza prolifera en un sendero no recorrido.

A los hombres les encanta maravillarse. Esto es la semilla de la ciencia.

El valor, la buena conducta y la perseverancia conquistan todas las cosas y obstáculos que quieran destruirlas y se interpongan en su camino.

Toda reforma fue en un tiempo simple opinión particular.

El pensamiento es la semilla de la acción.

Una acción es la perfección y la publicación del pensamiento.

Grabad esto en vuestro corazón: cada día es el mejor del año.

La alegría, cuanto más se gasta más queda.

El hombre es un pedazo del universo hecho vida.

Lo que más necesitamos es una persona que nos obligue a hacer lo que sabemos.

¿Cuál es la tarea más difícil del mundo? Pensar.

Toda violación de la verdad no es solamente una especie de suicidio del embustero, sino una puñalada en la salud de la sociedad humana.

Todo poder humano se forma de paciencia y de tiempo.

El buen lector hace el buen libro.

Seamos tan diferentes con los hombres como con los cuadros, a los que tratamos siempre de dar una luz favorable.

Los antiguos llamaron belleza al florecimiento de la virtud.

En toda obra de genio reconocemos nuestros pensamientos rechazados.

Todo hombre que conozco es superior a mí en algún sentido. En ese sentido, aprendo de él.

Acerca de L. Ricardo

Hombre feliz, interesante, divertido... por supuesto inteligente... ambicioso, soñador, melómano, amante de los animales y fanático de la auto-superación, en mi tiempo libre soy un entusiasta interconectado y blogger domingero
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